lunes, 27 de diciembre de 2010

Sagua la Grande bordeando el abismo

La situación en Sagua la Grande cada vez se le complica más a los jenízaros de la tiranía que ya no saben que hacer pues la renuncia, para ellos, es muy peligrosa, solo altas justificaciones médicas los pueden alejar de esta papa caliente en que se encuentran metidos.A los Estados Unidos no pueden escapar porque la mayoría están en la lista negra como represores, así que hasta le aconsejamos que se mantengan fieles a la dictadura hasta el final.

El asombroso descontento de la población sube por semanas a proporciones nunca antes vistas y hasta los viejos opositores y disidentes quedan muy detrás de esta nueva ola gigante que avanza sobre nuestro pueblo.

La evolución individual ha llevado a la ciudadana a formar su propia estrategia de combate sin depender de organizaciones o grupos, como siempre ha ocurrido en la pasadas eras de conspiraciones, el nuevo guerrero es una mutación con un sexto sentido muy avanzado capaz de despistar al más sabiondo de los detectives; este complejo mutante puede estar en cualquier oficina gubernamental, ser incluso dirigente, y jamás ser detectado; mutación muy peligrosa para el gobierno local que ahora está acosado por muchos sectores de la sociedad sagüera.

La quema individual de cañaverales y sembradíos se ha incorporado a esta lucha sin cuartel de forma espontánea e individual, célula que no tiene planes, ni reuniones y solo realiza una acción cuando surge la posibilidad instantánea, a diferencia de los conspiradores del pasado que planeaban muy bien lo que realizarían, un ejemplo es el Departamento de Acción y Sabotaje que tenía el Movimiento 26 de Julio, y las famosas brigadas Mambisas contra la economía española del siglo XIX; muchos de estos grupos eran detectados por el enemigo debido a que su escuela era artificial y les faltaba el instinto natural que solo adquierien algunos grupos humanos sometidos al extremo de los acosos, ese es el caso de los esclavos del pasado y los cubanos del presente.

En lenguaje gubernamental le llaman “Incendios Forestales”, para confundirlos con esos fenómenos que de vez en cuando se dan en el bosque cubano de forma natural; también, de paso, para atenuar el acontecimiento cuando afecta a la economía del régimen, ocultar la rebelión en la granja.Nuestro acceso a las estadísticas del Cuerpo de Guardabosques Municipal, nos ha dejado pasmados de la enorme cantidad de pequeños incendios que ocurren a diario en toda la antigua región de Sagua la Grande desde Calabazar de Sagua hasta Quemado de Güines que todavía funciona como región en algunos sectores.

Por tal motivo su director Ramón López Cruz ha sido llamado a redoblar la vigilancia y comenzar así una desesperada campaña de recorrido y comunicación con los campesinos de las zonas que puederan ser objetivos de los mutantes; aunque ellos mismos confiesan privadamente que cualquier campesino puede ser parte de una de estas mutaciones incendiarias.Las charlas y los discursos de estos diez pobres y desprotegidos “guardabosques” se han extendido a las empresas azucarera y Pecuaria de nuestro municipio.La gran sorpresa que se llevarán los ingénuos es que muchos mutantes serán guardianes y denunciantes de estos “Incendios Forestales”.

El revolucionario de corazón ya no existe Hariz, tu lo sabes más que nadie pero estás atrapado y sin salida. Ahora bien, no por eso te vayas a lanzar de la azotea del Almacén Martínez, te queremos vivo para el juicio…

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sagua la Grande 50 años después

Por Francisco Chaviano González

A Sagua la Grande, la villa del río Undoso, navegable 20 km hasta el puerto de Isabela, se llega por la carretera del circuito norte. Lo primero que se encuentra es el cementerio, luego el Hospital 9 de abril, frente al Reparto 26 de julio, muestra de la decadencia del régimen que nos gobierna.

Después aparece la antigua Fundición McFarland, donde se fabricaban las enormes mazas de los trapiches de las fábricas de azúcar, hoy rebautizada también 9 de abril, en recuerdo de una huelga realizada ese día en el año 1958, cuando sus obreros, libres y bien pagados entonces, lanzaron a la calle las enormes ruedas dentadas de la maquinaria que allí se producía.


Frente a la Fundición, están los talleres ferroviarios, importantes hace medio siglo y hoy desaparecidos. En la contigua Terminal de ferrocarriles se encuentra el único tren que rinde viaje hoy, un rústico coche motor. Hace unas décadas la actividad de la terminal era constante, cuando los trenes transportaban mercancías y personal hacia varios puntos de la provincia. Su patio era una telaraña de rieles con un sinfín de locomotoras y vagones en constante ajetreo. Los viajeros contaban con una salida diaria, cómodamente sentados en un coche motor de primera clase, con tres carros más, rumbo a La Habana. También había salidas hacia Santa Clara y otras ciudades.

En los andenes de esta terminal se respiraba el olor a pescado que se comercializaba en carretillas típicas. Sagua la Grande contaba, además, con una salina y un puerto, en Isabela, de donde se embarcaba el azúcar que se producía en el municipio y otras mercaderías. Hoy no queda nada de aquella actividad. Sagua la Grande contaba hace 50 años con 10 hoteles. El principal era el Sagua, instalación revestida de mármol, que debido a la desidia está hoy al borde del derrumbe. El único albergue para los viajeros que existe actualmente es el motel La Roca, a 10 km. del pueblo.

Todavía se levanta, nadie sabe cómo, el puente El Triunfo, impresionante estructura de acero construido en 1905, destinado sólo al uso de peatones desde 1990. Más allá el antiguo colegio de los jesuitas, convertido en una escuela secundaria básica, en cuya puerta aparece un cartel donde se lee que allí radicó la comandancia que dirigió la huelga general del 9 de abril de1958.


Aunque, según Juan Tomás Fernández, dirigente del 26 de julio, allí sólo se reunieron los combatientes al concluir la huelga, momento en que decidieron abandonar el pueblo debido a la llegada del tercio táctico de Santa Clara. Fernández solía decir: “Es tanto lo que se ha agregado a lo ocurrido en aquella huelga por los que viven de ese cuento, que narrar los hechos reales resulta un pecado”.